octubre 28th, 2009 by maay*

Parece mentira como ha evolucionado la tecnología en apenas diez años. Recuerdo cuando cumplí 6 años, o quizá 7, y me regalaron un walkman. Me acuerdo de la ilusión que me hizo, y de la funda en la que lo guardaba. Claro está, siempre tenía que llevar también un paquete de pilas, por lo que pudiera pasar… Y en cuanto oías que la canción iba más lenta de lo que tocaba, sabías que llegaba el momento de utilizar esas pilas de reserva…

Me encantaba esperar pacientemente a la cancion que me gustaba, porque con los botones era imposible encontrar justo el momento en el que empezaba. A veces me da pena que los niños de hoy en día se pierdan eso. Es tan fácil grabar la música en la tarjeta de memoria o en el ipod, y buscar las canciones…

Un reproductor de mp3 puede tener facilmente 5cm de tamaño… ¡yo que llevaba casi la mochila adrede para mi walkman gris!

El paso al discman fue, sin duda, una emoción indescriptible… muchos cd’s ya no se publicaban en cinta, y mi minicadena era un poco difícil de manejar para mí, así que conseguir las canciones que quería en cinta a veces era bastante complicado… Me lo regalaron para mí comunión, y entonces se pusieron de moda también los porta cd’s, así que todos mis amigos empezamos a competir por ver quien llevaba el más bonito.

Sin duda que actualmente es todo mucho más sencillo, pero quizá es todo demasiado sencillo. Los ipods muy bonitos, mucho colorido, pero cuidado, en cualquier momento la tecnología puede jugarte una mala pasada: con tanta pantalla y teclado táctil, de repente el volúmen de tu música puede subir en cuestión de medio segundo, sensación no apta para cardiacos.

Sin duda, era más fiable el botón de play/pause, y la ruedecita de subir el volúmen que, por cierto, siempre estaba muy dura.